Vicente Borrás ha fallecido esta mañana tras una vida nonagenaria y fructífera. Quienes quieran despedirse de él podrán hacerlo en el Tanatorio de Paterna de la calle Coeters número 17, en donde estará desde esta tarde. La incineración se producirá mañana sábado 1 de noviembre en el mismo Tanatorio.
Vicente Borrás y Emilín (su esposa y compañera) han sido desde siempre miembros activos de esta Asociación de Vecinos, su presencia la encontrábamos en cada uno de los actos durante el tiempo en que vivieron en San Antonio, incluso después de marcharse a Paterna, hace unos años. Vicent siempre estaba al quite de las necesidades de esta Asociación y como gran pintor y artista puso su obra muchas veces a nuestra disposición. De hecho, gracias a las obras que desinteresadamente nos entregaba, podían obtenerse recursos económicos para sufragar no pocas actividades de la Asociación.
Desde la Asociación de Vecinos, creemos que es el momento de pensar en hacerle un homenaje oficial desde el Ayuntamiento, a Vicent Borrás. Paterna le dedicó una calle y le entregó la medalla de la ciudad. Vicente ha realizado alguna exposición en San Antonio, siempre albergado en las actividades de la Asociación, pero nunca auspiciada por el Ayuntamiento, aunque lo hemos intentado en varias ocasiones.
Desde aquí un abrazo a Emilín y a sus hijos.
A Vicente Borrás, en una de sus exposiciones un diario digital de la comarca lo definía así:
'Como todos los que tienen más de 15 años, Vicent no nació en San Antonio de Benagéber, pero ha vivido en ese municipio durante más de 24 años - los últimos de su nonagenaria vida-. Nació en 1923 y en aquel momento San Antonio no existía todavía. Él lo hizo en Paterna y allí se ganó la vida y pasó la época de la guerra. A los 17 años hizo su primera obra, un cuadro que todavía expone y al que aprecia por lo que significa para él. Autodidacta recuerda como aprendió por si sólo, porque en aquella época se ganaba la vida pintando ya, pero espacios más grandes y más extensos que un cuadro.
Paterna le tiene dedicada una calle, por lo que él está muy agradecido y le entregó también la medalla de la ciudad. La calle, como él dice y se ríe cuando lo cuenta pero con un gran respeto al decirlo, está situada junto a otras dedicadas a otros dos 'aficionados' a la pintura que tuvieron más suerte que él, Goya y Picasso.
Todavía se le iluminan los ojos cuando explica el periodo de después de la guerra con aquel cónsul americano que vivía en Paterna y que tras terminar la guerra y participar - el cónsul- en el desembarco de Normandía, volvió herido en una pierna y cojo. Aquí, se reencontró con su amigo Vicent, ambos intercambiaron sus experiencias y obras, el cónsul ya experimentaba con la pintura moderna, con el surrealismo. Vicent trabajaba por encargos para ganarse la vida y pintaba sus preciosas miniaturas en los abanicos para diferentes empresas. Todavía recuerda como de aquellas conversaciones se le abrieron las ganas de experimentar con esas nuevas formas. Hoy, y a pesar de sus dificultades en la vista y sus 90 años, dice que es con lo que más disfruta.
Hasta llegar ahí, Vicent pintó mucho ya en su casa de San Antonio. Desde la pintura costumbrista, hasta la rústica, las miniaturas y, finalmente junto con Xesco llega a sus experimentos y obras con el humo. Su reto, lograr realizar una exposición en San Antonio de Benagéber de su extensa y variada obra.'
Vicente Borrás, en su taller de pintura de su casa de Colinas |
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